Nacido en la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner asumió la presidente de la Argentina desde el 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2007, cuando entregó el poder a su esposa, Cristina Fernández.
Kirchner se inició en la política en su adolescencia, como militante de la Juventud Peronista, mientras estudiaba derecho en la Universidad Nacional de La Plata, en la que se
graduó en 1976.
Allí conoció a Cristina Fernández, con quien se casó durante la dictadura (1976-1983), y retornó a Santa Cruz para ejercer como abogado en forma privada en Río Gallegos. Tuvieron dos hijos, Máximo y Florencia.
Tras el retorno de la democracia, Kirchner se convirtió en funcionario: primero como titular de la caja de pensiones provincial y luego como intendente de Río Gallegos entre 1987 y 1991.
Ese año fue electo gobernador de la provincia con el 61% de los votos, al tiempo que Cristina se convertía en legisladora provincial.
Durante su gestión como gobernador reformó la constitución provincial para incluir la reelección indefinida y amplió la corte suprema provincial cubriendo las nuevas vacantes con jueces aliados. En 1995 fue reelegido gobernador por mas del 66% de los votos.
La figura de Kirchner adquirió relevancia nacional cuando su provincia pudo sortear los efectos de la crisis económica gracias a que había girado a bancos de Suiza varios millones de dólares por el cobro de regalías tras la privatización de YPF. Ello evitó que los fondos quedaran bajo el “corralito'' financiero impuesto a fines de 2001 para evitar una fuga de capitales.
En las elecciones presidenciales de abril de 2003 fue el candidato del entonces mandatario Eduardo Duhalde, en unos comicios en los que el peronismo presentó tres candidatos: Kirchner y los ex presidentes Carlos Menem y Alberto Rodríguez Saá.
Kirchner obtuvo el 22% de los votos, superado por Menem con 24%.
Los dos debían volver a enfrentarse en una segunda vuelta electoral, tal como lo establece la legislación argentina, pero en mayo y ante las encuestas que daban a Kirchner una intención de voto de entre 60 y 70%, Menem renunció a su candidatura, lo que automáticamente convirtió a Kirchner en presidente electo.
Su gobierno tuvo como eje central la promoción de los derechos humanos: reimpulsó el enjuiciamiento de los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el régimen de facto luego de que el Congreso y más tarde la Corte Suprema anularon dos leyes de amnistía de la década del ochenta y los indultos de los noventa.
“Nuestro país lo necesitaba tanto a este hombre. Se fue alguien indispensable'', lo destacó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Durante su presidencia logró tasas de crecimiento anual del Producto Bruto Interno (PBI) superiores al 8%, llevó adelante un exitoso canje de deuda --en cese de pagos desde 2001-- y los índices de pobreza y desempleo disminuyeron ostensiblemente y se canceló la deuda de más de 9.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, con el que Kirchner mantuvo una relación tirante.
Sus detractores señalan que el crecimiento de la economía fue producto de una tendencia mundial y de la combinación de deprimidos salarios con el alto precio internacional de los granos y cereales, de los que Argentina es uno de los mayores exportadores mundiales.
“Sólo por la fortaleza de sus convicciones, Néstor Kirchner merece el respeto de la sociedad argentina que él tuvo el honor de representar'', afirmó Duhalde, que en la actualidad estaba en las antípodas de quien fuera su sucesor.
Frontal, de modales parcos y poco apego al protocolo, Kirchner sorprendió cuando promovió la candidatura de su esposa a la presidencia, en vez de buscar la reelección.
“Me voy a ir a un café literario'', decía en plena campaña ante la pregunta sobre su futuro. Pero con Cristina en el poder, Kirchner estuvo muy lejos del ostracismo.
A días de asumir Fernández, Kirchner viajó a Colombia para participar en una misión de rescate humanitario de rehenes de las FARC coordinada por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con el que mantuvo fluidos lazos.
Para los opositores, el país estuvo hasta su muerte manejado por un doble-comando y se lo apuntaba como el cerebro de las decisiones más trascendentes del actual gobierno.
Kirchner asumió la presidencia del Partido Justicialista y coordinó la campaña del oficialismo en las elecciones legislativas de junio de 2009, en las que obtuvo una banca de diputado nacional pese a la derrota en las urnas.
En mayo de este año asumió la secretaría general de Unasur.
En los últimos meses Kirchner trabajaba activamente para intentar volver al poder en las elecciones de 2011, pese a que todavía no estaba oficializada su candidatura.
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